Lugares de interés
Ermita de Santa Bárbara
Ermita de Santa Lucía
Puente neoclásico sobre el Tajuña
Edificio Doctor Cortezo
Palacio del Virrey
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
Fuente del Tablado
Ayuntamiento
Palacio de la Plaza de España
Ara romana
Estación de tren
La Pasión de Carabaña
Cuevas en Carabaña
Leyenda de las cuevas de la Mora
Casas cueva
Centro cultural D. José Prat García
ERMITAS EN CARABAÑAErmita de Santa Lucía
Puente neoclásico sobre el Tajuña
Edificio Doctor Cortezo
Palacio del Virrey
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
Fuente del Tablado
Ayuntamiento
Palacio de la Plaza de España
Ara romana
Estación de tren
La Pasión de Carabaña
Cuevas en Carabaña
Leyenda de las cuevas de la Mora
Casas cueva
Centro cultural D. José Prat García
La localidad ha llegado a contar con ocho de estos pequeños templos bajo la advocación de diversos santos y advocaciones marianas: Santa Ana, Santiago, San Juan Bautista, San Sebastián, Santa Bárbara, Santa Lucía, San Roque y la ermita de la Concepción.
Actualmente quedan dos de ellas:
ERMITA DE SANTA BÁRBARA
Ermita de Santa Bárbara
HISTORIA:
Erigida en el siglo XVI, se encuentra en lo alto de un cerro en la entrada de Carabaña.
Hasta su abandono tras la Guerra Civil, albergaba la imagen de la santa que hoy se encuentra en la ermita de Santa Lucía. Se trata de una talla de pequeño tamaño que se encuentra en una de las hornacinas del retablo, junto a la talla de San Roque, patrón del municipio hasta el siglo XVIII.
Se trata de un pequeño templo de una sola nave construido en piedra y con tejado a dos aguas.
FESTIVIDAD:
Tradicionalmente, los vecinos acudían al amparo de Santa Bárbara en caso de tormentas. Como es conocido, nos acordamos de ella “cuando truena”.
Durante siglos, un día antes de su festividad, el 3 de diciembre, se llegaba hasta allí para trasladar la imagen en procesión a la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. Esta fiesta era la antesala de las fiestas patronales de santa Lucía, el 13 de diciembre.
ERMITA DE SANTA LUCÍA
Ermita de Santa Lucía
HISTORIA:
En este lugar se hallaba el templo de Diana, diosa de la caza y protectora de la naturaleza.
Construido durante la época romana (siglo II a.C. – V d.C.), se tiene constancia de su existencia por los vestigios que, con la llegada del ferrocarril y la construcción de la carretera se perdieron.
La actual ermita fue construida en el siglo XVI y era conocida bajo distintas advocaciones, todos ellos de imágenes veneradas aquí, como el Santísimo Cristo de la Cruz a Cuestas. Desde el siglo XVIII queda constancia de ser la “Ermita del Patrocinio” por estar dedicada a Santa Lucía, patrona de esta localidad.
ARTE:
Consta de tres naves. La segunda, de mayor altura, está coronada por una cúpula bajo la que se encuentra la imagen de la santa. La talla original fue sustituida en el siglo XVIII, y ésta, a su vez, fue destruida a comienzos de la Guerra Civil. Tras la contienda, uno de los vecinos del pueblo donó la imagen actual.
Las hornacinas laterales acogen las imágenes de Santa Bárbara, San Roque y Santa Gema.
La nave del trasaltar se conserva tal y como fue construida en el siglo XVI. Con toda probabilidad, este pequeño espacio era todo el que ocupaba la ermita en sus orígenes y, posteriormente, fue ampliada hasta adoptar su actual fisonomía. Los nervios de la bóveda ascienden hasta su remate en un círculo con una cruz en su centro. Hoy, esta nave se encuentra oculta tras la nave central y hace las veces de sacristía.
Bóveda original
FESTIVIDAD:
La ermita se abre todos los días 13 de cada mes y, cada año, un día antes de la festividad de Santa Lucía, el 13 de diciembre. Entonces, la imagen de la santa es llevada procesión hasta la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora. Tras las celebraciones, vuelve a la ermita.
Durante siglos esta fiesta se celebraba con profusión: las mozas bailaban en las eras de Santa Lucía, mientras los buhoneros y comerciantes ambulantes vendían turrones, mazapanes, frutos secos y recuerdos, y se bebía anís de Chinchón.
Imagen de Santa Lucía en el retablo de la ermita
PUENTE NEOCLÁSICO SOBRE EL TAJUÑA
De origen romano, este puente situado a la entrada de la localidad era paso obligado para los viajeros en su camino hacía Villarejo y Estremera.
El puente actual es una obra realizada en el siglo XVIII. La primera construcción se derrumbó a los pocos años, en 1758. Las obras de reconstrucción se sufragaron con los tributos recaudados en los pueblos de treinta leguas a la redonda. En el año 1765, las obras se dieron por finalizadas.
De traza neoclásica, consta de dos arcos y aún se conserva una de las piedras centrales en la que aparece tallado: JHS AÑO DE 1734.
Puente sobre el Tajuña
EDIFICIO DOCTOR CORTEZO
Edificio Doctor Cortezo
Hasta fechas recientes este edificio ha alojado el colegio público de la localidad desde su inauguración, en 1929.
Anteriormente, las clases se impartían en diversas localizaciones, como la casa palaciega de la Plaza de España, y los responsables de la educación de los niños eran los párrocos.
En 1926 se solicita al Estado la construcción de un nuevo edificio. Los terrenos los cede Virginia del Pozo, llamada “La Señora” entre los vecinos.
En 1929 Carlos María Cortezo, presidente del Consejo de Estado, asiste a la ceremonia de inauguración.
El Doctor Cortezo estaba muy vinculado a Carabaña, lugar donde pasaba los veranos en su infancia. Médico de profesión y brillante orador, fundó el Instituto de Higiene Alfonso XIII, en el que trabajó Ramón y Cajal. Además, Alfonso XIII le otorgó el Toisón de Oro.
Este edificio, cuyo coste rondó las 150.000 pesetas de la época, consta de dos plantas a las que se accedía por dos entradas diferentes para llevar a cabo la separación de niñas y niños en las aulas.
Construido en piedra y ladrillo, aunque se trata de una factura sencilla, tiene todo el encanto de los edificios de las primeras décadas del siglo XX. Techos altos, maderas nobles y ventanas de medio punto en un edificio cuyas dimensiones dan idea de la cantidad de alumnos que albergaba en los primeros años de su existencia.
PALACIO DEL VIRREY
Fachada Palacio del Virrey
La casa palaciega situada en la calle Madrid es conocida popularmente como “palacio del Virrey”.
Probablemente, se trata de la casa de la familia Barrientos cuyo miembro más relevante para Carabaña, el capitán Diego Barrientos, está enterrado en la iglesia parroquial.
Su denominación deriva deL hecho de que uno de los familiares del Capitán Barrientos, el Doctor Diego Barrientos, estuvo al servicio de los virreyes de la Nueva España como gobernador de Tlaxcala (México). De ahí, el nombre del Palacio.
Ilustres soldados de la familia Barrientos sirvieron a hombres notables de la historia de España como Hernán Cortés, el Duque de Alba, o Juan de Austria.
Por su traza renacentista, se deduce que fue construido en el siglo XVI. Inicialmente, se trataba de un complejo de mayores dimensiones ya que ocupaba toda la manzana. Asomando una de las fachadas laterales a la calle Chávarri y otra al Camino de Orusco.
Con semejantes dimensiones, el palacio original alojaba un espacio principal destinado al uso como residencia, junto una casa de labor con patio toledano.
A lo largo de los siglos la propiedad ha ido cambiando de dueños, así como lo ha hecho su fisonomía y uso. Durante la Guerra Civil se destinó como almacén de material y, tras esta, fue transformada en cárcel, siendo actualmente una residencia de ancianos.
Arquitectónicamente nos hallamos ante un edificio de estilo sencillo, con fachada de una pieza en ladrillo en la que destacan el escudo nobiliario y la portada de sillares de piedra. Dos de las ventanas conservan el enrejado antiguo que se puede apreciar en otras de las casas de estilo similar, como la Casa de los Garnica, frente a la fachada este de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.
Detalle del blasón
IGLESIA DE LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA
Iglesia Asunción de Nuestra Señora
La primera iglesia del municipio es anterior al siglo XIV. En el siglo XVI, su estado ruinoso en lleva a Bartolomé Bustamante, párroco en Carabaña y arquitecto, a emprender su reconstrucción, incluso financiando de su bolsillo parte de las obras.
El padre Bustamante era protegido y amigo del Cardenal Tavera, arzobispo de Toledo. Su escudo aparece en una de las fachadas de la iglesia, atestiguando que la iglesia se construyó cuando Tavera ocupaba el cargo de arzobispo.
La relevancia como arquitecto de Bustamante queda patente ya que fue el encargado de terminar el Hospital de San Juan Bautista, uno de los edificios más significativos de la capital toledana.
El padre Bustamente, versado en el arte renacentista, reconstruye la iglesia antigua sustituyendo los pilares por columnas que separan las tres naves del templo.
Años más tarde, en las Relaciones Topográficas ordenadas por Felipe II, se alaba tanto los materiales como la traza arquitectónica de esta iglesia.
FACHADAS
Virgen de la Antigua
El frontispicio de la Plaza de Joaquina Orea, llamada popularmente “la Placituela”, consta de una portada con arco de medio punto sobre la cual se encuentra una hornacina con la Virgen de la Antigua.
La fachada de levante se alza frente la Casa de los Garnica y en el extremo izquierdo se erige la torre. El balcón, perteneciente a la residencia del párroco, tiene unas vistas privilegiadas de la vega.
La puerta principal del templo se halla en la Plaza de Virgina del Pozo. El muro de piedra se abre en un arco de medio punto. En su centro, la inscripción: “No entrar sin saludar” PTRANSSIR CAVE NISI DIXERI AVE.
El campanario se corona tras ascender 82 escalones. En lo alto de la torre se alojan las cuatro campanas y el reloj.
En el interior del templo, las tres naves quedan divididas por diez columnas jónicas. Las dos columnas que presiden el crucero son cuadrilobuladas con base de cruz griega.
La techumbre de madera es de estilo mudéjar en todos los cuerpos salvo el primero, con nervaduras góticas.
ALTAR MAYOR
El retablo original de estilo renacentista, obra de los hermanos Martínez de Castañeda, de la escuela de Churriguera, fue destruido en la Guerra Civil.
Retablo del Altar Mayor
El actual lo preside una imagen central de la Virgen de la Asunción.CAPILLA DE SANTA CATALINA
Una de las más antiguas, a la izquierda del altar mayor, y donde hoy está el Cristo de la Paz y de la Salud, patrón de Carabaña.
Cristo de la Paz y la Salud
La imagen original se atribuye al escultor andaluz Juan Martínez Montañes, artista a camino entre el Renacimiento y el Barroco, conocido en su época como “el dios de la madera”.
La talla pertenecía a Rodrigo de la Vega y Acuña, señor de Carabaña, Orusco y Valdilecha. Éste ordenó en su testamento que fuera donada a la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. En 1673, Catalina Gordo y Galindo, en cumplimiento de las últimas voluntades de su marido, hizo trasladar la imagen desde el oratorio de su palacio a la iglesia de Carabaña, no sin cierta oposición de los vecinos de Camporeal.
En el siglo XVIII, las condiciones en las que se mostraba el Cristo a los fieles no eran óptimas, por lo que se decide encargar un retablo al arquitecto y escultor Antonio Mora.
En 1730, año en el que se coloca el retablo, se funda la Cofradía del Dulcísimo Nombre de Jesús que, posteriormente, se convierte en la actual Hermandad del Santísimo Cristo de la Paz y la Salud.
La imagen ha sido siempre muy venerada, especialmente durante la epidemia de cólera del siglo XIX que asoló la región, quedando a salvo Carabaña junto con Valdilecha y Valdaracete.
La talla actual es una reproducción de 1939, salvo la corona de espinas, única pieza que se salvó de su destrucción en la Guerra Civil.
En 1940 se acuerda construir el actual altar, copia del antiguo retablo. Sesenta años más tarde se termina el retablo y coloca en su emplazamiento actual.
Su fiesta se celebra el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Cruz.
PILA VISIGODA
Pila bautismal visigoda
Datada del siglo VI, es una muestra de la arte visigodo desarrollado en la vega del Tajuña. Realizada en piedra, está decorada con motivos geométricos sencillos del gusto de la época.
Su descubrimiento se realizó hace unas décadas, durante unas obras de reconstrucción en la capilla de la Virgen de Fátima.
De este periodo de la historia quedaba también, hasta época reciente, una necrópolis situada en el Cerro de Cabeza Gorda.
TUMBA DEL CAPITÁN BARRIENTOS
Nacido en Alcalá de Henares, Diego Barrientos fue capitán a las órdenes de los Reyes Católicos en Italia. Prueba de ello son los ornamentos traídos de allí que dona a la iglesia en su testamento. Una vez retirado, decide pasar sus últimos años en Carabaña.
En su testamento ordena al sacerdote Bartolomé Bustamante, el arquitecto de la iglesia, la construcción de una capilla bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, donde quiere ser enterrado. Además, aprovisionó fondos para la fundación de la Cofradía de la Ermita de la Concepción, repartió a sus tres esclavos, recomendando su libertad, y creó un depósito de trigo para las familias más desfavorecidas de la villa.
FUENTE DEL TABLADO
Esta fuente se encuentra en la Plaza de Virginia del Pozo. La plaza lleva el nombre de una de las benefactoras del pueblo, llamada popularmente “La Señora”. Perteneciente a una de las familias más importantes del municipio, donó tierras para la construcción de las escuelas.
La Fuente del Tablado se construyó en 1889, como atestigua una inscripción en la piedra. Es gemela de la fuente del Altillo.
Sus aguas son las que en Sábado Santo el párroco esparcía sobre las viviendas para “espantar a los demonios”.
AYUNTAMIENTO
Las primeras reuniones del Concejo de la Villa se celebraban en el pórtico de la iglesia, antes de la primera edificación destinada a uso municipal, en el siglo XVI.
En el siglo XVIII, por el estado de ruina en que se encuentra la sede municipal, se encarga un proyecto de estilo neoclásico que, además, incluía escuela, carnicería y viviendas. Éste nunca se llevó a cabo.
Fachada del Ayuntamiento de Carabaña
PALACIO DE LA PLAZA DE ESPAÑA
Frente al ayuntamiento se encuentra una casa palaciega de mediados del siglo XVI. Según las crónicas, perteneció a un señor de la villa.
En el siglo XVIII era uno de los edificios más importantes. Además de un espacio residencial, contaba con jardines, depósito de grano, huerta y una alameda vallada.
El deterioro de la llamada “Casa del Señorío” comienza en el siglo XIX. Aún así, iniciado el siglo XX las dependencias de la planta superior se habilitan como escuela y, con el estallido de la guerra, pasa a ser Oficina de Correos.
Tras un intento fallido de compra por parte del ayuntamiento para habilitarlo como su sede, el palacio se parcela y divide en viviendas particulares.
Quedan aún patentes los signos de una grandeza pasada. Muestra de ello son la puerta de madera tachuelada y un dintel en piedra. En el interior quedan columnas de piedra con sus capiteles de madera originales.
ARA ROMANA
La columna que se encuentra en la esquina de la Plaza de España con la calle Sierra es un ara votiva de época romana. Su finalidad era solicitar el favor de los dioses para la recuperación de una persona. Así lo hace constar la inscripción:
…..T SATURNINUS PRO SALUTE CAII. CLODII. QUINTILLIANI. VOVIT. “Saturnino por la salud de Cayo Clodio Quintiliano consagró este voto.
En 1751 se repasó esta inscripción por el maestro albañil Silverio Fernández al tiempo que repara la casa-hospital donde se encuentra.
Ara romana
ESTACIÓN DE TREN
En 1910 se inaugura, como parte del tramo Morata-Orusco del Tren del Tajuña, la estación ferroviaria de Carabaña y un apeadero junto a la Central Eléctrica de Chávarri. Su principal objetivo era facilitar la distribución de los productos agrícolas de esta zona en Madrid y, por supuesto, de “Agua de Carabaña”. Gracias a él la embotelladora incrementó su producción.
Durante la Guerra Civil, a pesar de hallarse truncado su recorrido por el desplome de un puente en Arganda, fue la tabla de salvación de muchos madrileños. Estos veían en estas tierras la solución a la carestía de alimentos durante los años más crudos de la contienda.
En el año 1938 ante el desabastecimiento de la capital, el presidente Juan Negrín ordena la construcción de una línea ferroviaria entre Torrejón de Ardoz (Madrid) y Tarancón (Cuenca). En tan solo 40 días se resuelve su instalación y de ahí su nombre: el Tren de los Cuarenta Días.
La línea ferroviaria de Arganda dejó de funcionar en la década de los cincuenta del siglo XX y, tras un tiempo de decadencia, se restauró la estación.
La estación, un edificio de pequeñas dimensiones, es de un estilo sencillo propio de su época.
LA PASION DE CARABAÑA
Desde 1988 se viene representado cada Viernes Santo la Pasión de Cristo. Declarada Bien de Interés Turístico en 2013, cuenta cada edición con un mayor número de visitantes.
Escena de la Crucifixión en la Plaza de España
Con la participación de los vecinos, las escenas bíblicas de la muerte y resurrección de Jesús según San Juan se suceden teniendo como escenario natural las plazas y calles de Carabaña.
El punto de partida es la Entrada Triunfal en Jerusalén, en la calle Real. Ascendiendo por ella, en la plaza del Altillo, tiene lugar la representación de la Última Cena. La plaza de Virginia del Pozo, junto a la iglesia, se transforma y llena de ramas de olivos para convertirse en el Huerto de Getsemaní, donde Jesús recibe el beso de la traición de Judas. En esta misma plaza Pedro le niega.
Culmina la representación en la Plaza de España con la Crucifixión y Resurrección de Cristo.
CUEVAS EN CARABAÑA
Plutarco, historiador romano, citaba en su libro “Vidas Paralelas” a los caracitanos, primeros moradores de estas tierras, y a las cuevas como su refugio y vivienda.
“Este es un pueblo situado más allá del rio Tajo (Tagonius) que no se compone de casas como las ciudades o aldea, sino que en un monte de bastante extensión y altura hay muchas cuevas y cavidades de rocas que miran al norte.”
Los cerros de los alrededores de Carabaña se hayan sembrados de estas oquedades, que no hay que confundir con las casas cuevas o viviendas excavadas en la tierra situadas dentro del trazado urbano.
LEYENDA DE LA CUEVAS DE LA MORA
En el paraje de Vaciabotas se encuentra la legendaria Cueva de la Mora, bajo el cerro Picón.
Según cuenta la leyenda, Don Ferrán de Saavedra durante la Reconquista llega a la vega del Tajuña con una bella princesa mora que había apresado en Granada. Invadida por la tristeza y añorante de su tierra, pasa los días en una cueva a las faldas del risco Picón, donde huye de las miradas de sus captores, a quienes prohíbe que vean su rostro.
Un día, dos soldados osan acercarse a la cueva y ver a la princesa. Como castigo, Don Ferrán ordena que les corten la lengua para evitar que cuenten cómo es el rostro de la princesa. Aun así, no puede evitar su curiosidad y pide que retraten lo visto. Este retrato le acompañará el resto de su vida.
CASAS CUEVA
La existencia de este tipo de construcción se remonta al siglo XIX. Los señores de la villa cedieron terrenos para que los jornaleros edificaran sus viviendas. Desde entonces, la fisonomía de las casas cueva ha cambiado al incorporarse fachadas encaladas y chimeneas.
En la década de los ochenta del siglo XX aún se encontraban habitadas setenta casas cueva. Actualmente, quedan algunos ejemplos en el área de las calles de Cuevas Viejas, San Roque y Virgen de Guadalupe.
Ruta histórica en Google Maps (clic aquí)
CENTRO CULTURAL D. JOSÉ PRAT GARCÍA
Espacioso edifico con salón de actos de 400 butacas, donde a lo largo del año se desarrollan distintos eventos. Durante el año se programan actividades culturales.